Hasta hace pocos años, el tejido adiposo solo era reconocido como un reservorio energético, encargado de almacenar grasas en forma de triglicéridos y se consideraba un tejido con pocas funciones e influencia sistémicas.
Sin embargo, múltiples investigaciones han demostrado el papel endocrino que presenta este tejido, su relación estrecha con otros tejidos corporales y su importancia en la génesis de diferentes trastornos hormonales y síndromes.
Actualmente, se sabe que el adipocito es una célula productora de múltiples hormonas y citoquinas y se ha descrito ampliamente su relación con el sistema inmune, el tejido muscular, la regulación central y periférica de la ingesta y la regulación del peso corporal.
Sus estructura, funciones y metabolismo se ha consolidado como un sistema complejo, y su papel protagónico en la génesis de la metainflamación, derivada de la lipoinflamación, y el subsecuente síndrome metabólico obliga al profesional en salud a reevaluar su conocimiento sobre este tejido y conocer a fondo las bases anatómicas y fisiológicas del adipocito.